Fragmento - Beatriz Actis
-uno- Ciudad
Me vine
caminando por San Martín inundada
hasta mi casa en el sur
la lluvia me daba una alegría inocente
como la de la infancia
pensaba quiénes habitarían
detrás de cada puerta
de cada una de las casas
y esa curiosidad hacía más dulce,
más dulce y más clara mi vida.
-dos- Nocturno de Sauce
Empezaba a oscurecer
cuando llegamos a
la casa
bajo un poco de
luna:
un círculo iluminado
muy pequeño
en la inmensidad de
la noche.
Marchamos lo más
silenciosamente
que pudimos,
que quisimos,
y después nos
sentamos a pensar.
Todo es posible
cuando la noche
revela su sombra,
cuando algo menos
claro que la luna
se vislumbra
entre el follaje
oculto.
Entre músicas lejanas
y gritos nocturnos,
los perros aúllan en
ronda
ladrándose unos a
otros
en cadena.
Nada parece estar por
encima de mis fuerzas.
Aquí lo puedo todo,
respirar otra vez,
abrir los ojos.
Adquiero colorido
del mismo modo como
reverdecen
los pastos y
las hojas
después de la lluvia.
Toda la noche
he estado pensando
qué es lo que me hace
tan feliz
en
este lugar.
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