lunes, 30 de abril de 2012

Diario (II)

Dice mi amigo: Al tipo le gusta conversar, una vez me dijo que es croata y que anda de paso, que viene de viajar por el mundo, y no sólo escribe, a veces dibuja. ¿Volvió? Le cuento que no ha regresado a la misma esquina del verano, pero que está viviendo en otra, también céntrica, cercana. Después recuerda que lo escuchó cuando simulaba hablar por un teléfono público; disiento: yo lo oí hablar realmente y pedir helado, al rato, un cadete de la heladería le llevaba el pedido a su pequeño campamento (a su guarida). Seguimos conversando sobre sus peculiaridades y especulamos sobre el origen, sobre la historia trágica que lo habría llevado a vivir en la calle. Es argentino, claro, y solo una fantasía su espíritu croata, o tal vez… Mi amigo vuelve a preguntar en qué esquina lo había visto en los días recientes, le respondo con la precisión que seguramente espera. Él hace un gesto de alivio: Temí que el barrio lo perdiera.

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